Bajo la superficie

Los cuerpos, como los campos o los mares, en sus contornos opacos parecen infranqueables. Sin embargo, bajo la superficie -este límite que no se deja atravesar por la mirada-, existe una realidad que pertenece al mundo, una realidad invisible cuya materia y significado recibe el foco de atención de esta edición de 2024 de MAPAMUNDISTAS.

Las artistas que participan en esta edición se interesan por los territorios que se encuentran al margen de los principales centros de producción y consumo. Territorios que albergan relatos que participan de la complejidad del mundo pero que están escondidos u olvidados. En su aproximación al terreno, en esta experiencia física del contacto con el lugar, las artistas trazan un camino singular, un recorrido que se nutre de diversas fuentes y disciplinas pero que ejerce activamente la crítica y la poesía. Así, en su modo vivencial de explorar el territorio, no pierden de vista su propósito, que es aislar algunos indicios relevantes, o, también, crear nuevas formas o narraciones que nos hagan despertar.

¿De qué territorios se tratan? Son lugares a veces muy cercanos, que atravesamos sin ser capaces de traspasar su apariencia neutra y de leer los distintos estratos que conforman su historia. Otras veces, al contrario, son lugares lejanos, notorios por su carga simbólica, pero respecto a los cuales nos falta un acercamiento sensible en primera persona. En MAPAMUNDISTAS 2024, presentamos propuestas artísticas que se fundamentan en algunos de estos lugares reales. En todas, las cuestiones humanas se entrecruzan con historias naturales en una fricción permanente.

Los lugares que han sido escogidos por las artistas de esta edición son pueblos sepultados bajo las aguas de pantanos en el caso de Anne-Laure Boyer y Maddi Barber; lugares despoblados o senderos en desuso por parte de Olga Olivera-Tabeni; o lugares de Memoria Histórica en el caso de Amaia Molinet y Eriz Moreno. De alguna manera, Itziar Okariz visitó el lugar de la mente donde transitan los sueños y por su parte, Ignacio García Sánchez se basó en archivos de edificios en ruinas para proyectar ruinas del futuro. A veces caminantes, a veces arqueólogas del presente, nos guían por senderos que arrojan luz sobre los pasos que han dado nuestros antepasados y sobre los que hemos de seguir dando nosotros mismos.

Alexandra Baurès, comisaria