Río azul Prusia

Entrevista de Marta Calvo

Nadia Barkate (Bilbao, 1980) es una de las artistas responsables de definir la palabra Río en El Diccionario que presenta Mapamundistas 2016 y lo hace mediante su obra No hoy ni mañana. El Río que presenta Nadia en el Batán de Villava es una corriente caudalosa de azul Prusia que desemboca en unos dibujos alegóricos que despiertan la imaginación del espectador.

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Quizá, en un primer momento, lo que más llama la atención al espectador de tu proyecto No hoy ni mañana sea la técnica de la cianotipia, poco frecuente y para muchos desconocida. ¿Qué te llevó a utilizar esta técnica?¿Qué tiene de especial?

La cianotipia es un antiguo procedimiento monocromo cuya emulsión fue inventada en 1842 por un astrónomo inglés, John Herschel y fue llevado a la práctica por vez primera en un estudio botánico llamado Bristish Algae, un año después por Anna Atkins. También ha sido utilizado en arquitectura bajo el nombre de copia al ferroprusiato siendo después sustituido por otras fórmulas. La emulsión se consigue a través de una receta en la que los dos elementos principales: Ferrocianuro de Potasio y Citrato de Amonio dan lugar a una solución fotosensible diluible al agua. Yo aprendí la técnica en la universidad, en una asignatura de técnicas fotográficas de manera muy ligera. Al realizar estas cianotipias he tenido que profundizar, probar varias recetas quedándome al final con la del fotógrafo Joan Foncuberta que es la que me ha resultado más estable. Me parece importante subrayar que a pesar de que el azul Prusia derivado de la reacción química es muy potente estéticamente, he descubierto que actualmente hay fórmulas de cianotipia que no tienen la peligrosidad de la manipulación antigua, aunque también reconozco que no las he probado. Lo comento porque durante la ejecución de estas cianotipias en mi taller, fui consciente de que debía tomar muchas medidas de seguridad, que no recomiendo que nadie que se vea interesado tome a la ligera. Las sustancias que se utilizan son muy tóxicas. 

¿Qué fue primero: elegir la técnica y fue ésta la que te inspiró los dibujos o viceversa?

No sé que responder… ambas cosas han sido procesos paralelos, primero tenía unos pocos dibujos que realicé en fotolitos, ya que tenía pensado utilizar una técnica fotosensible, que en principio iba a ser serigrafía. Pero por otro lado tenía en mente esta técnica que me maravillaba aunque no sabía cómo aplicar. Fui haciendo pruebas, me costó algún tiempo dominarla o aceptar sus azares y así fui descubriendo efectos que me llevaron a hacer nuevos dibujos y composiciones. Lo que no controlaba de la técnica se intentó corregir a través de la observación mediante mediciones imprecisas de tiempos de exposición y la mayoría de las veces en una suerte, en algo no intencionado. Esto también me corrigió a la hora de componer, es decir, el boceto, el proyecto de dibujo se convirtió en collage. Terminé recortando mis propios fotolitos y superponiéndolos y dejándolos caer sobre el papel, asumiendo la falta de control. La técnica me inspiró, no sé si a los dibujos, pero a mí me inspiró porque no nos entendíamos en un principio, me lo puso difícil y tuve que adaptarme. 

Trazos blancos sobre una gama cromática azulada. ¿Puede decirse que el color cian pasa de ser adjetivo de los dibujos a ser sustantivo, un elemento con identidad propia en esta serie?

Sí, totalmente, puede decirse. El color azul como protagonista y su capacidad sentimental. El blanco es un vacío, es el negativo. Normativamente en fotografía se trabaja mediante negativos, se positiva. En mi caso, le di la vuelta y revelé fotolitos positivos. Quería dejar la huella de los dibujos como Anna Atkins deja la huella de los helechos y las algas. Me importaba el fondo azul, como protagonista o como experiencia. 

Aparece representado un mundo acuático, terrestre y celeste; un mundo, humano, animal y vegetal. ¿Qué tienen de mundo real y de mitológico estas ilustraciones?

Acuático/terrestre/celeste y humano/vegetal/animal son estados físicos y también entes simbólicos, la interpretación pertenece más bien a la psique. Como en la triada de imaginario, real y simbólico, todo está comunicado íntimamente. Es un discurso cerrado. No es de mi competencia hablar de la diferencia entre ellas como artista, no me atrevo, yo formalizo visiones. Como me imagino estos dibujos afirmando una alegoría, algo que existe en el mundo real y algo que está representado simbólicamente pero que transmite al mismo tiempo el imaginario y la realidad, no lo real lacaniano. Aunque mi necesidad de hacerlos, mi pelea con las imágenes al hacerlas funcionar más allá de lo que comunican, sí que es una respuesta a lo Real o a sus síntomas. Es decir, no puedo hacerme cargo de lo que comunican pero si de su potencia, en el momento de ser interpretadas. Me responsabilizo de las interpretaciones porque son parte de su sentido, y en ese caso, si que puedo decir abiertamente que son mitologías, son mitologías cerradas. Y que sirven para inspirar interpretaciones, para atraer las configuraciones de sentido que cada una puede realizar entre sus elementos simbólicos. Mi parte está puesta, pero acaban de hacerse cuando otra persona las interpreta. 

¿Cómo contribuye No hoy ni mañana a definir el concepto Río en El Diccionario de MAPAMUNDISTAS?

El concepto Río surge de la estructura de diccionario que tiene Mapamundistas. Río fue elegido porque el Batán está en un entorno natural al lado de un río, y su presencia es muy importante en el espacio del molino. Compartimos espacio expositivo María y yo, y ella eligió la palabra y a mí me pareció muy bien. Como bien has dicho No hoy ni mañana habla del tiempo y de el medio acuático como metáfora. Y el azul está en la gama, me parecía simplemente acertado, no quise aventurarme con otra palabra, me parecía que estaba muy bien elegida, decidí compartirla de la misma manera que compartimos el espacio. 

Además, en MAPAMUNDISTAS 2016 lideras un taller de dibujo. ¿Cuál es tu propuesta para «soltar la mano» de los dibujantes?

A la hora de dar un taller, me pongo muy contenta, porque aprendo muchísimo al aplicar en otros mis ejercicios y salir del ensimismamiento de la propia práctica. Me encanta hacerlo y en este caso concreto voy a repetir un taller en proceso perpetuo, que desde hace un año se llama Atardecer/zoom/mano/zoom/ojo. Los ejercicios cambian, y puede que el nombre cambie en el futuro pero el taller es interminable. Lo que más importa es que en cada sesión surgen los problemas que me afectan en el momento y en la puesta en común tras los ejercicios se da un intercambio de soluciones sin parangón. Cuando decimos «soltar la mano» o «soltarse» nos referimos a saber improvisar, pero no va sólo de eso, también va de boicotearse y de quitar manías, de problematizar la ejecución y solventarla. Como bien has dicho lidero una taller en el sentido de que pongo esos problemas sobre la mesa, pero lo más estupendo, es que no soy yo quien propone las soluciones. La gente que asiste es sorprendentemente ávida y resuelta y saben mucho más de lo que creen, me enseñan muchas cosas. Mi propuesta es dirigir una serie de condiciones concretas y dar vía libre incluso a la interpretación de la proposición. Siempre hay un final feliz para mí tras la sesión y siempre hay continuidad del planteamiento.