Andar, muchas formas

Cuando un niño da sus primeros pasos se repite algo arcaico. Porque este gesto de desafío al equilibrio tiene cientos de miles de años y emerge como si fuera la primera vez en cada pequeño ser humano.

Si se puede observar en cada individuo un modo de andar propio, un tempo que le caracteriza, este gesto nos une. Y se vuelve político cuando caminamos juntos: el andar hace la muchedumbre y la palabra que acompaña la marcha suena al unísono. El caminar también nos sujeta a la tierra. Los pies buscan apoyo en el suelo para impulsar al cuerpo en movimiento a través de la ciudad, del bosque o hacia la cima de las montañas.

La revolución industrial vino a transformar los hábitos en una la sociedad que se volvió radicalmente urbana. En su día libre, los trabajadores de las fábricas deseaban salir de las ciudades y volver a la naturaleza. Nació el senderismo, se produjo el boom de los clubes de montaña y se crearon rutas para los caminantes. Mientras, en las urbes se extendieron nuevos modos de deambular. En la literatura de la época, apareció la figura del flâneur, este personaje masculino que callejeaba sin rumbo, dejándose llevar por las impresiones de cada momento y deteniéndose para observar cualquier pequeño acontecimiento que le llamaba la atención. No obstante, este espectador entregado a la vida urbana se mantenía al margen, en un acto de desobediencia hacia la nueva sociedad de consumo, que hoy en día sigue vigente.

En el arte también la figura del caminante ha estado presente. Sin embargo, una obra cambió la historia: en junio 1967, un joven artista británico llamado Richard Long se bajó del tren en el que viajaba desde Londres hacia el sureste de Inglaterra, y en una pradera realizó «A line made by walking». Solamente se conserva una fotografía de la acción en la que se aprecia la línea recta que quedó trazada por las pisadas del artista en la hierba. Richard Long hizo que el andar fuera arte.

Medio siglo más tarde, MAPAMUNDISTAS 2017 reúne la obra de siete artistas que se cuestionan nuevamente sobre las metáforas del andar en un contexto marcado por la crisis social del modelo neoliberal y la fractura ecológica. Escogen el caminar como método para observar el mundo y para crear, pero también buscan representar el gesto en sus distintas dimensiones. Incluso hacen que el andar de los espectadores sea el detonador de la obra. Junto con las exposiciones, MAPAMUNDISTAS 2017 ofrece un ciclo de cine de autor en el que el caminar adopta las caras más trágicas de la sociedad actual. También propone un ciclo de paseos de distintos formatos en el que se invita los participantes a experimentar la dimensión creativa y subversiva de este gesto cotidiano y banal que es el andar.

Alexandra Baurès, comisaria de las exposiciones