El espejo
El cineasta ruso Andrei Tarkovski escribió sobre su película Zerkalo (El espejo): “me había decidido a hablar de forma inmediata y sin reserva de lo que para mí es lo más importante, lo más querido, lo más íntimo”. El film, que se estrenó en 1975, es una narración en primera persona en la que Tarkovski revisita su vida a través de sus recuerdos y de sus sueños. Lo hace de forma fragmentaria y sin seguir una línea cronológica. Así, la casa de su infancia, la madre, los poemas del padre ausente, la guerra o la vida que llega a su fin, conforman episodios vitales que se presentan deconstruidos. Y con esta estructura abierta deja espacio al espectador para que afloren sus propios recuerdos o reflexiones.
MAPAMUNDISTAS 2019 elige la película Zerkalo como cita y toma prestada la metáfora del espejo para proponer un ejercicio introspectivo. ¿De qué materia estamos hechas las personas? ¿De tiempo? El espejo nos devuelve una apariencia que inmediatamente caduca. Parece, pues, que somos múltiples y mientras van pasando los años, agrupamos más yoes en un único cuerpo. Para observar el yo -o más bien los muchos yoes- quizás necesitemos alejarnos, separarnos del yo para luego volver. Así, las obras de arte constituyen una colección de espejos en los que las experiencias estéticas provocadas por otros pueden revertir en nuestro propio ser.
Trasladar Zerkalo a la creación contemporánea pasa por aislar ciertas ideas de la película y tirar del hilo hasta llegar al trabajo de artistas actuales que hoy día tratan las mismas cuestiones. MAPAMUNDISTAS 2019 presenta cinco exposiciones individuales que retoman algunas de las inquietudes del director ruso.
Tarkovski recurrió a las fotografías del “tío Leva”, un amigo de la familia, para volver a construir la casa donde nació, que es el motivo central de su película. Contaba que la hizo para escapar de un sueño recurrente que ocurría en ese lugar. Del mismo modo, Concha Martínez Barreto usó su álbum familiar para llevar el ejercicio de rememoración al terreno del dibujo. Andrés Galeano también trabaja con el álbum familiar, pero no el suyo. Lleva tiempo conformando un gran archivo de imágenes de fotógrafos desconocidos. De ese archivo extrae la materia prima de su obra, que en esta ocasión se centra en el efecto del espejo en la construcción de imágenes. Por su parte, Roger Omar es consciente del poder evocador de los sueños. Por ello, desde hace veinte años recolecta sueños de niñas y niños. En el Batán de Villava, presentará diarios e ilustraciones de sueños hechos en Villava.
En los cortometrajes de Julie Chaffort, la naturaleza es omnipresente, tal y como lo era en El espejo. Pero no se trata de una naturaleza recordada e idealizada, sino un escenario atravesado por el hombre. Por su parte, Javier Arbizu explora la pertenencia del ser humano al mundo a través de la materia, de tal modo que el cuerpo desmantelado que reproduce en sus esculturas se une con la piedra y el hierro.
Al margen de las exposiciones, MAPAMUNDISTAS 2019 ofrecerá al mismo tiempo un ciclo de cine de autor que prestará atención a los lazos que se tejen alrededor de las personas. El ciclo empezará y acabará con una cabaña y un perro, porque además de las relaciones interpersonales, se observarán los vínculos con los lugares y con otros seres vivos.
En 2018, el lema de la edición de MAPAMUNDISTAS fue la inmovilidad. Pues en 2019, seguimos con la pausa, pero esta vez para una contemplación honda de lo que somos, como individuos y comunidad.
Alexandra Baurès, Comisaria de las exposiciones