La transformación
Hagamos un poco de memoria. En la pasada edición de Mapamundistas, observamos que el espejo que tenemos hoy más a mano es el móvil, y que además de reflejar nuestra apariencia, tiene el poder de multiplicarla y de mandarla de viaje por las redes del ciberespacio.
La construcción de la identidad siempre ha pasado por un juego de apariencias. Si bien el cuerpo está sometido a los efectos del paso del tiempo, también cabe la posibilidad de intervenir en la imagen que mostramos a los demás. En este sentido, las nuevas tecnologías lucen como un traje nuevo o una pose inédita. Además, posibilitan que nuestra existencia se expanda en esta nueva realidad -la virtual-, en la que pasamos largos ratos y donde proyectamos día tras día lo que hacemos, lo que opinamos y a qué circulo social pertenecemos. Hasta no hace tanto, las historias individuales se desplegaban en colecciones de retratos sobre la chimenea o en sesiones de visionado de diapositivas compartidas con amigos. Ahora se han mudado a la nube. Así, con un pie en la tierra y otro en la nube, cada uno de los pasos que damos y que se manifiestan en el cuerpo ocurren en relación a los otros. Y como animales sociales que somos, nos afectan acontecimientos que tienen lugar cerca de casa y no tan cerca. Con la pandemia hemos comprobado lo poco que tardó en llegar a todos los rincones del planeta un virus que apareció en la lejana China. En este mundo globalizado en el que se han acortado las distancias, somos pasajeros del mismo barco.
En Mapamundistas 2020, queremos prestar atención a las transformaciones que atraviesan el cuerpo. Nos fijaremos en el cuerpo como receptáculo de la experiencia, de los afectos y de las ideas, y como lugar donde ser uno u otro. Para ello, hemos invitado a artistas que nos proponen un baile de máscaras, bien poniéndolas, bien haciéndolas caer. Con sus obras descubren nuestros intentos para encontrar vías de escape o construir utopías, o, al contrario, reivindican otras maneras de vivir, al margen de las normas establecidas por la sociedad patriarcal. Así, Blanca Gracia atavía a los personajes de sus videos con máscaras y disfraces para que desempeñen el papel de arquetipos. Por su parte, Caroline Delieutraz crea máscaras y filtros para su uso libre en la red, o, al revés, trae avatares al mundo analógico. Pablo Lerma revisita fototecas para evidenciar la falta de representación de la comunidad masculina queer en la historia de la fotografía. Por otro lado, Helena Goñi realiza un retrato de la juventud vinculada con la subcultura punk, en el Bilbao de esta última década. El poder transformador del arte es también algo que apela esta nueva edición de Mapamundistas. Así, la performer Anna Holveck usa el propio el cuerpo, el suyo o el de otros, para experimentar la sonoridad del ser. Por su parte, Mireya Martín Larumbe y Jorge Martínez Uharte probarán la fricción del trabajo en común durante unas semanas en un proceso de creación abierto al público.
En resumen, este nuevo encuentro de Mapamundistas con el arte contemporáneo ofrece un espacio para compartir la emoción, la sorpresa, el humor, la belleza, la reflexión y la crítica, viniendo a transformar un poquito nuestra cotidianidad.
Alexandra Baurès, comisaria de las exposiciones