En la orilla
Un mar, un río, un charco. Los pasos del hombre le llevan a la orilla. Ahí se detiene. No puede seguir avanzando. Puede adentrarse en el agua o quedarse inmóvil. Puede cerrar los ojos y dejar que su cuerpo escuche y sienta. Puede abrirlos y observar. El agua se extiende desde sus pies hasta el horizonte o la otra orilla. El agua tiene el color del cielo. Las nubes imprimen grandes manchas oscuras. Parten barcos. Dependiendo de la luz, el hombre puede ver reflejada su silueta en el agua. Esta imagen nítida de repente se mueve, se diluye. El hombre mira hacia el exterior y mira hacia dentro. Aparecen deseos, sueños, recuerdos.